"no aspiro a estar sobre los peruanos, sino entre los peruanos

“No Aspiro a estar sobre los Peruanos

sino entre los Peruanos”

Abrumado por la decisión del congreso nacional de Acción Popular de postular, una vez más, mi candidatura a la presidencia de la república, debo expresar ante todo a mis apreciados correligionarios mi profunda gratitud por tan generoso gesto que, más que exaltar mis escasos méritos, pone en evidencia su fervor y una lealtad que me honran.

Gracias a ellos eh llegado, por dos veces, a la primera magistratura de la nación y, cuando no logré alcanzarla, recibí el tonificante apoyo de las inolvidables campañas de 1956 y 1962. En la primera se dejó sentir la férrea voluntad cívica que, desde su inicio, caracterizó a nuestro movimiento y, en la segunda, marcada por el sello de la rebeldía, se impuso el reclamo de rectos procedimientos electorales. Fruto de tal actitud fue no sólo la depuración del registro sino la implantación de la cédula única que, desde entonces, pone en igualdad de condiciones a todos los participantes en comicios electorales. Nuestras inobjetables victorias de 1963 y 1980 dieron autenticidad y plenitud a nuestra democracia, porque nos impusimos el deber, celosamente cumplido, de restaurar la elección universal de los gobiernos locales, que nunca se establecieron con la incuestionable pureza y legitimidad que logramos darles.

En la historia de acción popular jamás podrá borrarse el hecho, tan enaltecedor, de haber restaurado plenamente la libertad de expresión, devolviendo a sus legítimos dueños los órganos de difusión arbitrariamente confiscados, sin justificación ni compensación de ninguna clase.

Estos antecedentes por sí solos justificarían nuestra acción gubernativa en dos quinquenios si, como no es el caso, no tuviéramos una gran obra constructiva que exhibir. Se suma, pues, a una impecable conducta democrática la fecunda obra desarrollo, verificable en todas las regiones del país. U no se trata de obra personal sino de una acción tenaz, inspiradora por Acción Popular y practicada en el clima de plenitud democrática que nos tocó crear, en beneficio de propios y extraños.

Podría el partido, con todo derecho, postular candidatura propia, sin que necesariamente fuese la mía, ya que contamos con ciudadanos más jóvenes ampliamente dotados de capacidad y merecimientos. Más la situación del país exige en esta hora el mayor esfuerzo de cohesión y entendimiento multipartidario para hacer frente a la más grave emergencia de este siglo. Es, a todas luces, indispensable desplegar el mayor empeño para sumar y no dividir fuerzas a fines o cercanas, dentro del credo democrático y la convicción de que la autoridad legítima sólo emana del sufragio. Unidas las mayorías nacionales en tan alto propósito no cabe duda que con la debida orientación partidaria, pueden contribuir a afirmar un régimen capaz de lograr la recuperación, la pacificación y el desarrollo, que el país reclama.

Es por estas altas consideraciones nacionales que me veo precisado a declinar el gran honor que se me brinda y a exhortar al partido a compartir este desprendimiento cívico, secundando la idea expuesta en las bases constitutivas del Frente Democrático de buscar una candidatura de convergencia, en aptitud de captar el más amplio apoyo público, fuerza que se pondría al servicio de la gran causa del resurgimiento nacional.

Solicito fervientemente al partido acepte mi declinación y autorice el respaldo a la fórmula unificadora. En cuanto a mí, siento ya colmadas todas mis expectativas con la honrosa invitación que se me ha hecho, aspirando solamente a secundarla. No habrá en ello sacrificio, porque no pretendo estar colocado sobre los peruanos, sino confundido entre los peruanos. Elevado para postular nuevamente –y nada menos que en la plaza del cuzco, agora de América, con fervor de multitud- ¿qué más puedo pedir si el pueblo me lo ha dado todo?. Si puedo pedir, con plena convicción y fe, que se me asigne, no un alto sitial, sino el puesto de simple militante en la lucha democrática que se inicia.

En esta gesta patriótica, el país debe pasar de la inmovilidad del pantano en que ha sido sumido, a la frescura del arroyo cuyas aguas, abriéndose paso entre peñascos y piedras, discurran cristalinamente hacia.... ¡ADELANTE!...

*Declaración Ante el VII congreso E

Extraordinario Ideológico de

ACCION POPULAR

Cuzco, 23 de abril de 1989