Desenlace anunciado. El histórico incremento de más de cien por ciento del caudal del Rímac empezó a causar serios estragos en la capital. Como era previsible, la zona más afectada es la amplia ribera comprendida entre las avenidas Zarumilla (San Martín de Porres) y Morales Duárez (Cercado de Lima). En ese lugar las enfurecidas aguas del Río Hablador socavaron las dos pendientes y terminaron llevándose paredes, techos y hasta caminos hechos de concreto.
La zona más afectada fue el asentamiento humano Trébol Bajo, en San Martín de Porres, donde en minutos gran parte de la estructura de seis viviendas terminó desplomándose y cayendo al acantilado de más de 50 metros.
"Creímos que era un terremoto. Lo primero que hicimos fue salir 'disparados' de nuestra casa y correr. El sonido era fuerte y pensábamos que toda la ribera iba a colapsar", indicó Ronald Cárdenas, quien junto a su pequeña hija y su conviviente tuvieron que escapar raudamente de la cocina y el baño donde se encontraban. Ambos ambientes fueron a dar al río.
Este domicilio, ubicado en el pasaje Cuba 105, fue el primero en desmoronarse en esa zona. "Ocurrió a las 17.30 horas de ayer (jueves) y nos deja con un gran susto, pues no sabemos qué será de nosotros. No tenemos adónde ir y el municipio no nos ha dicho nada", indicó el afectado.
MÁS DESTRUCCIÓN. Más tarde, en horas de la madrugada de ayer, el terror se apoderó de más vecinos. Es el caso de Guillermino Tafur, de 68 años de edad, que perdió en segundos casi la totalidad de su humilde vivienda, que se encuentra en el pasaje Cuba 110.
"La sala y el dormitorio de su domicilio se vino abajo, por esta razón los vecinos tuvimos que brindarles al señor y a su esposa un lugar para pasar la noche", refirió la familia Zegarra, vecinos del sexagenario, que están a cargo "por el momento" de sus pertenencias.
En total, los domicilios afectados son los ubicados en el pasaje Cuba con número 105, 107 y 108, además de uno sin número. En promedio, las viviendas perdieron 4 o 5 metros de su estructura, lo cual involucra pisos, paredes y techos.
Otro daño que se produjo es la caída de al menos 10 metros del Malecón Rímac, vía usualmente muy transitada por los moradores y que representa un peligro inminente para cualquier vehículo que transite por esta vía. El desmoronamiento de estas estructuras se produjo también por el debilitamiento de la ribera provocado por la humedad que deja el río y la conexión clandestina de de- sagües en este lugar.
OTRAS ZONAS. Similar fue el panorama en algunas viviendas ubicadas en la ribera ubicada a la izquierda del Rímac, que pertenece al Cercado de Lima.
En el asentamiento humano 1° de Mayo, la enorme pared frontal del segundo piso de una vivienda terminó colapsando y los restos de concreto fueron a dar al río. Algunos otros domicilios resultaron con daños menores.
"La crecida del río ha carcomido gran parte de la pendiente. Mi casa corre el riesgo de caer en cualquier momento", alertó Richard Izarra, quien vive en una vivienda de tres pisos que se encuentra a tan sólo cinco metros del abismo.
Izarra, quien vive con sus tres hijos y su esposa en su domicilio ubicado en el pasaje Santillán, indicó que en "ningún momento algún funcionario del municipio de Lima ha venido a proponernos algo".
REUBICACIÓN. Otra zona afectada por la crecida del Rímac en San Martín de Porres es la intersección de las avenidas Morales Duárez y Universitaria. Dicha comuna desalojó y reubicó ayer a más de 50 personas que habían levantado sus domicilios ilegalmente en esa zona.
Dispuso para ello un operativo especial, el cual contó con la participación de 20 policías "robocops" y 40 agentes de serenazgo. Fueron desalojadas 11 familias, que habitaban en 10 viviendas, las mismas que fueron destruidas.
"Los desalojados fueron reubicados en el asentamiento humano Nuevo Jerusalén, donde contarán con servicios básicos y recibirán títulos de propiedad", indicó a Correo César Becerra, auxiliar coactivo de la Municipalidad de San Martín de Porres.
Sin embargo, funcionarios de la Gerencia de Desarrollo Urbano de esa comuna indicaron que hasta la fecha no han evaluado el peligro que corren los pobladores en la ribera de Zarumilla.
"Recién vamos a analizar el peligro en las siguientes horas. Procederíamos con una reubicación similar a ésta", indicaron.
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