Una verdadera guerrilla comunicacional se ha desatado entre Chile y Perú a pocos días de que el gobierno de Alan García oficialice ante la Corte Internacional de La Haya su reclamo fronterizo marítimo contra Chile. A la constitución en ambos países de potentes equipos de políticos y expertos para enfrentar el diferendo, siguió la acusación desde Lima de una acción de espionaje chileno, lo que calentó aún más el conflicto.
La tensión irá en aumento a pesar de que Palacio Pizarro mantiene la incógnita sobre el día preciso en que Perú presentara su demanda en La Haya. Lo cierto es que el 14 de enero finalizan las vacaciones de esa Corte, por lo que se supone que el martes 15 podría ser el día clave.
Se anuncia una delegación de importantes políticos peruanos que viajaría este fin de semana a Holanda para acompañar la demanda fronteriza de ese país; y en Chile, Michelle Bachelet recibirá a primera hora del lunes a los presidentes de todos los partidos políticos, para dar una señal de unidad que respalde la posición oficial de "ni un centímetro del país en discusión".
Como si fueran los preparativos para el inicio de una batalla, a ambos lados de la frontera se despliegan múltiples movimientos para ganar la embestida. La alerta se encendió en Chile cuando Perú tomó la delantera y anunció que el ex ministro de Defensa, Alan Wagner, un hábil político, encabezará su equipo.
La respuesta de Chile mostró la importancia del tema. El jefe de su defensa será Alberto Van Klaveren, actual vicecanciller, nacido en Holanda, uno de los expertos internacionales más reputados. Y el ministro Alejandro Foxley constituyó un comité con seis ex cancilleres -incluidos dos ex ministros de Pinochet: Miguel Alex Schweitzer y Hernán Felipe Errázuriz- que lo asesorarán.
La presencia de los dos cancilleres de Pinochet obligó a Foxley a explicar: "Aprovecharemos la experiencia que ellos adquirieron en nuestra historia para construir una sola voz". Horas después, Foxley se reunió con los timoneles del oficialismo.
El último golpe lo envió el ex presidente del Consejo de Ministros de Toledo, Carlos Ferrero Costa, quien denunció el espionaje que estaría haciendo Chile en Lima para informarse de la estrategia de su país en La Haya. Habló de una acción con sofisticados medios y mucho dinero que se viene realizando "al menos hace 10 años".
"No vamos a caer en la trampa y no vamos a ceder un milímetro en lo que ha sido la posición de Chile por más de 50 años", fue la réplica del canciller chileno. Foxley terminó con un dicho inquietante: las reuniones "2 + 2" entre ministros de Defensa y Cancillería de ambas naciones están suspendidas y no tienen fecha de reanudación.
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